¡¡¡Soy una mala feminista, y qué!!!
La idea original y el primer borrador para esta columna eran muy rosa, optimista, con ejemplos de las grandes mujeres de la historia (Según Yo). Tenía la intención de ser más positiva que un protón, una super positiva feminista. Pasé la mañana muy concentradita buscando inspiración para hilar mis ideas cuando me atacó el hambre, cerré la computadora y me lancé a conseguir comida.
Venia yo muy contenta con el olor de comida llenado todo el coche. Con la esperanza renovada empecé mi monologo feminista ultra positivo -Sí, me encanta hablar solita y también cantar a todo pulmón mientras manejo.
Tomé la subida al distribuidor vial. En eso estaba cuando una camionetilla como 2019, se me cerró por la izquierda sin previo aviso. Ni un destelló de su direccional, así nada más, se metió en el espacio entre mi auto y el de adelante. ¡Ah! Como me pone de malas cuando me hacen eso. El espacio que dejo es para frenar en caso de emergencia, no para que se metan delante y de verdad que no es tanto espacio.
Menté madres y toqué el claxon… seguí por mi carril; el de la derecha, dejando pasar a los autos que ponían su direccional (como debe ser). A unos 50 m de la bifurcación del distribuidor el auto salió del carril; igual que entro, sin avisar, chocando con un auto del carril de la izquierda. Como el tráfico venia lento cuando pasé por el accidente alcance a ver a una mujer hecha una loca señalando la camioneta; que ahora bloqueaba prácticamente dos carriles. Mi cara dibujo una sonrisa.
-No me da pena admitirlo, soy misógina cuando manejo. Los accidentes más bobos, incluso contra objetos inanimados, son provocados por mujeres. ¿Porque sucede así? no lo sé, pero es una realidad y por eso los hombres les encanta decir que: “Las mujeres no sabemos manejar”.
Ni como debatirles cuando la estadística esta de su lado. Sin mencionar que cuando el accidente es entre mujeres se arma un drama, de padre y señor nuestro. Mientras que, sí es con un hombre, se baja y te pregunta: ¿Estas bien, tienes seguro? Llega el seguro y listo.
Y por esto que les acabo de contar, decidí cambiar de tema. Hablemos del tráfico, manejar y autos. Además, el tráfico es tal vez la única cosa que nos trata a todos por igual, no importa sí manejas un Mercedes, un BMW, un Tsuru, o vienes en un pesero o en un camión. Cuando te atrapa el tráfico, no tienes a donde ir. – Bueno del transporte público te puedes bajar y caminar, de tu auto no te puedes mover.
Lo peor de la situación es que se podría evitar, sí nos enseñaran sobre el flujo de fluidos en la secundaria. Les cuento, en la Facultad de Química se imparte una maravillosa materia llamada “Flujo de Fluidos”. La clase se trata de como fluyen los diferentes fluidos; líquidos y gases, en los diferentes tipos de tuberías. En resumen, todos los fluidos fluyen parejitos en el centro de la tubería y crean turbulencia en las paredes por la fricción que se genera.
Igualito que en el viaducto y en el periférico, antes de que cambiaran el reglamento de tránsito. En esa época feliz teníamos un carril de alta velocidad, uno de media y el carril derecho para los lentos y los que estábamos empezando a manejar. Recuerdo que cuando estaba haciendo mis pininos como conductora ir a 60km/hr era ir muy rápido. Me emocionaba meter la 4ta velocidad para alcanzar esa vertiginosa velocidad y sufría cada vez que me tocaba un alto. Durante las primeras semanas en cada semáforo se me apagaba el coche. El primer intento de arrancar terminaba cuando quitaba el pie del clutch con un brinquito del coche. Lo más divertido eran los “comentarios” de los demás automovilistas a mi alrededor.
– Nunca había pensado tanto en mis ancestras, como en esa época. En cada semáforo los conductores de alrededor les mandaban saludos y me recordaban que las mujeres “no sabemos” manejar.
Ya se pueden imaginar mi emoción el día que por primera vez tome el carril de alta y llegue a los 100 km/hr. ¡Me sentí piloto de la Formula 1! Era la versión femenina, mexicana y miniatura de Michael Schumacher al volante de mi super Chevi.
– Estaba lista para recorrer el mundo al volante, era absolutamente dueña de mi libertad para ir y venir a cualquier hora.
Aprender a manejar un vehículo, te da autonomía y una libertad maravillosa. Por eso insisto que todo mundo debe aprender a manejar, a manejar estándar, aun si no tienes auto. – Una habilidad muy útil sí hay una invasión extraterrestre que arruine las computadoras de los autos automáticos. (sí, veo muchas películas apocalípticas)
Volvamos al tema de las mujeres al volante. La verdad es que no nos caracterizamos en tener la mejor habilidad para conducir un vehículo. – Claro hay excepciones, como Yo por ejemplo. Que heredé la habilidad de manejar de mi papá. La ruleta genética me favoreció y por eso no puedo alardear demasiado de mis habilidades.
Ahora según los neurocientíficos los hombres tiene mejores habilidades espaciales. Lo que les permite medir mejor la distancia y maniobrar los vehículos de manera más eficiente. Esto los sabemos gracias a las nuevas tecnologías que permiten escanear los cerebros de las personas en tiempo real. O sea, los humanos masculinos son mejores para manejar. Hay que admitirlo. ¡Pa’que nos hacemos, si ya está confirmando por la ciencia!
– Sin embargo, no olvidemos que manejar es una habilidad y como toda habilidad se puede perfeccionar tras muchas horas de práctica.
Lo anterior nos ayuda a explicar los accidentes contra objetos inanimados, super comunes entre el sexo femenino y los conductores principiantes. Cuantas no han golpeado el auto contra una pared o un poste y ni con los sensores o las cámaras hemos podido evitar los ataques premeditados de estos objetos que se lanzan contra nuestros autos nuevos.
Lo que me recuerda a una amiga, que rayó su camioneta recién salida de la agencia contra la pared del estacionamiento por estar buscando de donde venia el pitido que hacia el auto. No estaba acostumbrada a los sensores de proximidad del flamante auto nuevo. Así que asumió que el sonido venia del tablero y decidió ignorarlo, hasta que sintió a la pared del mal rayar sin piedad el costado posterior de su preciado juguete nuevo. Desde entonces se estaciona lo más lejos posible de la banqueta, pared, árbol u objeto que haga sonar sus sensores. Tanto así que a veces parece que tiene la intención de dejar el auto a media calle.
– Que consté en el acta que no estoy criticando a mi amiga. Entiendo perfectamente el estrés postraumático que provoca el dañar tu auto. A mí también me pasó. Una vez, un poste lleno de alambres amarrados, escondido detrás de un árbol muy frondoso araño el costado trasero derecho de mi amado Chevy. Como lo oyen, el poste salto de atrás del árbol en medio de la noche y uso sus alambres como uñas para dañar mi hermoso cochecito.
Bueno en realidad, yo di una vuelta muy cerrada para tomar Avenida Taxqueña. La lumbrera de la esquina estaba bloqueada por las ramas del árbol. Había obscuridad total en ese punto, por eso no vi el poste hasta que mi Vieja. Grito ¡¡Alto!! Por mi retrovisor derecho vi “las uñas” tocando a mi pintura y en el parabrisas las luces de un pecero sin intenciones de parar dirigiéndose hacia nosotros. En vista de mis opciones, las uñas del poste eran el menor de dos males.
Viví con los tres rayones en la pompa del coche como 6 meses y cuando por fin lo arreglaron. Tuve el trasero de mi amiga Hanne estampado exactamente en el mismo punto, como 3 días. – Que quede claro no aplaste a mi amiga con mi auto. Sus pompas terminaron estampadas en mi auto porque el taller se equivocó de tipo de pintura y con el calor esta se ablando. No me hubiera dado cuenta, si no fuera porque Hanne casi se queda pegada al coche por recargarse en él.
-Después de esta experiencia traumática doy las vueltas amplias, amplias, como tráiler de doble caja.
Haciendo memoria mi récord de incidentes es muy corto. Solo he cochado una sola vez y no fue mi culpa. La señora que venía adelante literalmente se amarro en la salida, justo cuando yo volteé para ver si pasaba y pues le pegué. Como iba lento, porque venia en el carril de baja, no paso de una abolladura a mi fascia y un drama por parte de la señora.
Donde podría haber sacado tarjeta de cliente frecuente es en las multas, especialmente cuando recién cambiaron el reglamento de tránsito. Me multaron por pisar la rayita para las motos, por quedarme en la cebra atorada en medio del tráfico y una vez me mandaron una multa por ir a 82 Km/hr. ¡Solo 2 Km/hr arriba del límite de velocidad!
Pero si ponen multas por exceso de velocidad. ¿Porque no, por ir más lento que el límite de velocidad? Deberían de multar a los que van debajo de los 80 Km/hr en una vía rápida. Crean un caos, todos los carriles van lentos y la gente se confía, el resultado: un choque cada 2 Km. Con el caos vial que se genera, mi pobre auto no va a más de 40 Km/hr ¡En una vía rápida! Estoy segura de que ya se le oxido la 4ta y ni se acuerda que tiene 5 velocidades. – Oficialmente odio el reglamento de tránsito.
Siendo honestos el nuevo reglamento de tránsito no coopera para evitar los accidentes. A ver como pretenden que salgas a la lateral de una vía rápida bajando la velocidad de 80km/hr a 40 km/hr en tan solo unos metros. ¡Es ridículo! Esta demás decir que si los que vienen atrás de ti no traen buena distancia -como debe ser- cuando bajes la velocidad te van a alcanzar.
En lo que si soy buena es para estacionarme de reversa. No importa el tamaño del vehículo en reversa siempre me puedo estacionar. Claro que por eso prefiero los autos sin cajuela o hatchback, el coche literalmente termina unos centímetros después del medallón. Mientras que, si tienen cajuela, la cual no se ve en el espejo retrovisor, el coche termina mucho después y me tengo que estar bajando para ver dónde va la cajuela.
-Literalmente me bajo veo donde está la cajuela me subo, lo hecho hacia atrás y me vuelo a bajar y así hasta que queda acomodado. Al menos así le hago hasta que ubico la posición de la cámara con respecto a la fascia. Mi método puede ser lento pero mi cajuela permanece como recién salida de la agencia.
Hablando de estacionarse, como me cae gordo que alguien me agandalle el lugar de estacionamiento. Cuando alguien está esperando por un espacio te sigues de largo. Es simple etiqueta de estacionamiento. Ahora, sí tienes prisa le hace señas al otro conductor para que te de chance y listo.
Lo que me recuerda el incidente de la semana pasada. Una señora en camionetota (una Siena nuevecita para ser precisa) se metió en sentido contrario en Costco y me agandallo el lugar. Se bajó inmediatamente del auto muy orgullosa de su hazaña. Me dieron ganas de atropellarla, pero recordé que la agencia se tarda mucho en reparar el coche y se me pasó. Empecé a avanzar lento y justo cuando pasé frente al auto vi su placa. ###-VPH (VPH= virus papiloma humano). Solté una carcajada tan fuerte que la señora se detuvo para mirarme.
Todo en la vida tiene un precio, hasta la libertad que viene con tu licencia de conducir y en este caso la etiqueta del precio estaba a la vista. Jajaja!