¿Qué extrañamos de quienes ya se fueron de este mundo?

En este mes que dedicamos a nuestros muertos y celebramos su regreso con festines de sus alimentos favoritos, luces, flores, cantos, sonrisas y más, me pregunto ¿qué es lo que extrañamos? ¿Qué es lo que nos hace recordarlos con cariño a través del tiempo? Aquí te dejo algunos pensamientos que quizá nos ayuden a ser recordados cuando llegue el momento de pasar del otro lado de la vida.

¿Por qué hay personas que recordamos a través del tiempo, sin importar los años transcurridos?

Recuerdo que en una de las misas que organizamos cuando falleció mi mamá, el sacerdote comentó que esa mañana había encontrado a una señora de las que recogen cartón, sentada en la calle, llorando. Se acercó a preguntarle porqué lloraba y ella le dijo: ¿No sabe? Se murió la señora Margarita. ¿Quién nos va a ayudar? Y es que mi madre le daba de desayunar a menudo y le ayudaba con despensa cuando podía. Claro que lloré de orgullo al escuchar esa anécdota y pensé: Que bonito ser recordado así. Y que orgullo me hizo sentir, a pesar de ya no estar en este mundo físicamente.

¿Qué es lo que nos hace recordar a quienes se despiden de esta vida, año tras año, día tras día?

Siempre he disfrutado nuestras celebraciones por el “Día de Muertos”. México es especial y muchos amigos extranjeros se sorprenden de nuestro amor por estos festejos en honor de quienes ya no están con nosotros. Aman nuestros altares de muerto, plenos de color, luces y… ¡comida!

Se sorprenden de que podamos ver la muerte con ojos hasta de cariño, familiarizándonos con ella desde pequeños y viendo el lado amable a un evento que la mayoría teme. Nosotros también tememos a la muerte, pero la aceptamos como algo que va a llegar y la hacemos nuestra amiga para cuando llegue el momento. Nos acercamos a ella de mil formas divertidas, con disfraces, maquillaje, bailes, fotos, y todo con el fin de que nos permita acercarnos nuevamente a aquellos a quienes seguimos extrañando. Nuestros “fieles difuntos”.

Y no es algo obligado. Es una celebración que esperamos, muchos con ansia año tras año y nos preparamos para ella. Con gusto, sin temor, con cierta ilusión por ese re-encuentro con nuestros seres queridos.

¿Qué es lo que nos hace recordar a quien ha trascendido?

Sin duda los lazos que nos unieron con seres queridos que ya fallecieron, son muchos. El tiempo que pasamos juntos, el tipo de relación diaria, cotidiana que tuvimos, ya sea como padres, madres, hijos, tíos, amigos, compañeros de trabajo, socios, vecinos, wow, tantos tipos de relación que existen.

Pero cuentan mucho las actividades que realizamos juntos, los buenos momentos, los malos también, los viajes, aventuras, negocios, idas al cine, todas y cada una de las actividades vividas, impactan en esas memorias que quedan grabadas en nuestras vidas en común.

Y, si te pones a pensar, en la vida, podemos hablar lo que queramos, podemos decir, predicar, hacer lo que deseemos hacer. Pero lo que más impacto tiene en las personas con quienes convivimos, es lo que les hacemos sentir con nuestras palabras, acciones, interacciones.

Puedes regalar dinero a cualquier persona, conocida o desconocida, querida o no. Puede ser un acto lindo de tu parte que te van a agradecer. Sin embargo, si logras entregarlo envuelto en sentimientos, ese momento quedará en la mente y el corazón de la persona. Con esto me refiero a entregarlo en un momento especial, con algunas palabras de aliento, de aprecio, cariño, y quizá envuelto y con una tarjeta. Esa entrega de dinero se convierte en un momento mágico que la persona recordará durante mucho tiempo, y tú, serás recordado por siempre.

Y así sucede con todo. Cualquier momento en que están involucrados los sentimientos, será recordado. Muchas veces bien, otras veces no.

El colaborador que solo recibe instrucciones de su jefe, que anualmente le otorga un incremento, pero durante todo el año solo le habla cuando ha hecho algo mal, será recordado por siempre, solo que de una forma muy diferente al jefe que se esfuerza por brindar retroalimentación y consejos a sus colaboradores. Ese que, antes de que éstos reciban un incremento en su cheque, les llama y les habla de lo que significan para el como parte del equipo. Ese que apoya sus esfuerzos y los guía para salir de problemas de trabajo – e incluso personales – dando seguimiento para asegurar que todo va bien, será recordado toda la vida… y aún después.

Y tú…¿qué haces sentir a quienes conviven contigo?

¿Has pensado en eso?

¿Qué sienten otras personas al convivir, interactuar contigo?

Todo lo que haces y dices, tu estilo al hablar, tu bondad y tu ira, tus reacciones, tu expresión facial y corporal, tiene impacto en los demás. Es un hecho. Y de estos sentimientos que se generan, depende lo que estas personas van a sentir respecto a ti, en el momento en que te retiras, ya sea de una reunión, o de la vida misma.

Pero lo que recordarán de ti quienes estén en este mundo cuando partas, no dependerá de un momento. Dependerá de quién eres, cómo piensas, cómo actúas, día tras día. Toda tu vida.

Obviamente que no se espera que seamos santos, pero si seres humanos que dejan una huella positiva en la sociedad, y nunca es tarde para comenzar a ser esa persona que será recordada con cariño en el futuro. La vida nos brinda cientos de oportunidades para ello. Cada minuto de convivencia con alguien más, es una posibilidad.

¿Cómo quieres que te recuerden en el futuro, una vez que trasciendas de este mundo material?

Es probable que nunca lo hayas pensado. Que seas de los que piensan que, “una vez muerto, no me importa lo que piensen de mi”. Pero… déjame preguntarte: ¿No te gustaría que tu recuerdo sea positivo, porque contribuiste para hacer este mundo mejor?

Yo creo que, quizá a escondidas, todos deseamos dejar algo positivo en este mundo. ¿No prefieres que la gente diga cuánto te extraña porque eras un gran apoyo para ellos, no necesariamente económico, pero un apoyo al fin, por medio de tus consejos, por estar en el momento oportuno, por interesarte en que sus vidas fueran mejores, en vez de que te recuerden como el gruñón o la metiche que “qué bueno que ya se fue”?

Si quieres ser recordado y que te pongan en un altar de muertos cuando ya no estés en este mundo, te dejo estos consejos:

SÉ LA MEJOR PERSONA QUE PUEDES SER. Eso no tiene fallo. Pero esfuérzate en ser tu mejor versión. Trata siempre de ser esa “mejor persona” que eres de vez en cuando, pero ahora trata de serla todos los días.

SONRÍE. Eso no tiene fallo. Solo que la sonrisa es algo que hay que practicar. Tengo una amiga que insiste en que está sonriendo, pero lo que yo veo es una gran cara de palo. Párate frente a un espejo y asegúrate de que cuando tu cerebro piensa que estás sonriendo, tu expresión facial se entera. Busca esa gran sonrisa en tu rostro, que se muevan tus labios, que asomen los dientes aunque sea un poco, que sea evidente para todos que estás sonriendo. PRACTÍCALO a menudo frente al espejo.

LLORA: Olvida con quien, o en dónde estás. Solo deja ir tus sentimientos y si sientes ganas de soltar una lágrima por una canción, por una sonrisa, por un pensamiento, por un abrazo, por cualquier situación, cualquiera que sea, simplemente déjala salir. Quien la vea, sabrá que existe un corazón sensible en ti y le harás sentir maravillosamente bien.

APOYA: Mucha gente a tu alrededor, requiere apoyo. No me refiero solamente a dinero, aunque a veces es importante. Puede ser que necesite alguien en quien confiar, un abrazo, alguien con quien tomar café, un consejo, apoyo físico para mover algo pesado, un escrito, lo-que-sea. Se esa persona siempre dispuesta a apoyar a quien te necesite.

BUSCA LAS NECESIDADES EN TU COMUNIDAD, Y ATIÉNDELAS: Es muy sencillo detectar lo que hace falta a tu alrededor. Un gran paso es llamar la atención de las autoridades para que hagan lo que tienen que hacer. Atender a esa persona necesitada que te encuentras a diario en la calle cuando haces ejercicio, darles un lugar en algún refugio a las personas sin hogar, hospitalizar a esa persona evidentemente enferma, que requiere ayuda médica. En cada comunidad existen programas de apoyo. Pero nada más efectivo que poner manos en el asunto y brindarles apoyo, mientras la autoridad llega.

Reportar necesidades comunitarias también es importante. Baches, árboles caídos, animales perdidos, agua derramándose innecesariamente, basura acumulada. Aunque parecería increíble que las autoridades no lo hayan detectado, reportarlas por TODOS los medios posibles es importante. Utiliza Twitter – quizá lo más efectivo para esto – pero también whatsapp, Telegram, Facebook, cualquier medio o red social es válido. Escribe a las estaciones de radio, llama y reporta y quéjate. Eso es hacer comunidad, servicio social.

ABRAZA Y BESA: Comenzando con tu familia y seres queridos. Abraza y besa a diario. Sin importar el lugar, sin un motivo, simplemente porque se siente rico y porque es una verdadera necesidad del ser humano, sentir el calor de otros. En tu casa, en la calle, en el aeropuerto, en la tienda, en el supermercado, en la playa, en un evento público o privado. No desaproveches la oportunidad de abrazar y besar a cuanto ser querido tengas frente a ti.

Cuando te nazca, es válido y VALIOSO también abrazar a un desconocido. El beso no te lo recomiendo, pero allá tú.

PIENSA EN TI: No dejes de pensar en ti, en tus necesidades, en tus cualidades y tus logros, pero también en lo que tienes que crecer, en lo que crees y en lo que es importante para tu propia felicidad. Nadie, escúchame bien. NADIE te conoce mejor que tú. Cuídate mucho, trátate con cariño y con respeto. Es el primer paso para que puedas cuidar a los demás.

DI LO QUE PIENSAS, LO QUE SIENTES, LO QUE ESPERAS: No se vale, en este mundo y en este México tan necesitado de voces críticas y positivas, quedarse callado. Vas a encontrar a muchos otros que piensan como tú y dos, es mejor que uno solo. Pronto pueden ser mucho más que dos. Y ser una corriente, una fuerza que mueve a muchos y cambian cosas y situaciones críticas.

Sobre todo, se feliz, exprésalo y comparte tu felicidad.

De nada sirve ser una buena persona que no comparte con los demás su bondad. La mejor oración, es hacer algo por alguien. Pedir orando, seguramente que te satisface porque te hace sentir que te preocupas por alguien más. HAZ algo por alguien. Ora, pero también da un paso más allá. Llama a esa persona que necesita tu oración. Escríbele, envía una tarjeta, una flor. Visítala. Todas son formas de orar. No te quedes con la más fácil. Haz un poco más y seguramente, con el tiempo, cuando llegue ese momento, serás el primero en los Altares de Muerto de muchos.

Estar en un Altar, te lo tienes que ganar. ¡Comienza ya!

Gracias por leerme. Agradezco tus comentarios aquí abajito y también que compartas mis Pensamientos Alborotados.

JL

Soy alguien enfocado en el crecimiento de las personas, desde mis inicios en la Organización Up with People/ Viva la Gente, hasta mi paso por empresas como General Motors de México y Novartis Farmacéutica y la fundación de mi empresa Human Links-Enlaces Humanos. Impacto en quienes me solicitan apoyo, a través de la asesoría o “coaching”, el entrenamiento vivencial, la capacitación y las conferencias. Escribo en algunas revistas y soy también Asesor Inmobiliario Certificado y cocinero aficionado.

Leave a Comment

Start typing and press Enter to search