¿Qué es el amor?

¿Qué es el amor? ¿Cómo definir algo tan complejo, contradictorio, fascinante y que al mismo tiempo nos hace sentir tan vivos? No puede observarse bajo un microscopio, hay quien lo define en términos químicos y quiénes hacen poesía de él.

Amor es inspiración, a veces hasta sufrimiento, todos quieren vivirlo, la mayoría lo han sentido alguna vez, pero nuestra cuenta pendiente sigue siendo poder explicarlo.

Decía Mahatma Gandhi que “donde hay amor hay vida”. Esta es, sin duda, una de las definiciones más sencillas, pero realistas sobre esta dimensión maravillosa, a la vez que misteriosa. Esta emoción es la que nutre al bebé que acaba de nacer, la que nos ayuda a crecer, la que nos hace sentir parte de un grupo social. El amor, por así decirlo, nos sitúa en el mundo…

El amor nos elige

Canciones de amor. Todos tenemos nuestras preferidas, y en ellas se nos intenta explicar qué es y qué implica este sentimiento y, sobre todo, lo que nos produce: felicidad, desdicha, inspiración, pasión… Esas letras nos hablan de amores no correspondidos, e incluso de sus tipologías: el amor interesado, el romántico, el amor eterno, el que nace de la amistad…

“El amor es algo ardiente,

Que forma un anillo de fuego…”.

-Johnny Cash-

Si ya has estado o estás enamorado, sabes de sobra lo que se siente, aunque no lo puedas expresar en una definición que semánticamente abarque todos los matices. Así, si hay algo que la mayoría sabemos es que no siempre somos libres de enamorarnos de quien de verdad desearíamos. Por decirlo de otro modo: el amor nos elige. Y esa elección puede ser la apropiada o, por el contrario, traernos más sufrimientos que dichas.

¿Por qué tenemos tan poco control en materia afectiva, por qué no podemos ser más objetivos, más racionales? ¿Qué subyace al fenómeno de la atracción?

¿Qué es el amor? ¿Qué nos dice la ciencia?

En el amor existe cierto componente biológico, lo sabemos. Todos hemos oído hablar de esa tormenta química conformada por neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, la oxitocina… Ahora bien, tampoco podemos dejar de lado otro tipo influencias, en este caso, externas. Hablamos de nuestra cultura y el peso de la sociedad como mecanismo de influencia.

Según la ciencia, cuando estamos enamorados se activan regiones cerebrales relacionadas con la recompensa y la motivación, como el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior. Adicional a esto, la oxitocina y la vasopresina, producidas bajo el efecto del enamoramiento, estimulan la liberación de dopamina y nos generan sensaciones placenteras asociadas a la persona amada, su presencia y sus recuerdos.

Este coctel neuroquímico, que nos hace sentir tan a gusto cuando estamos empezando una relación, también es la causa de los malestares emocionales que aparecen tras la ruptura.

El amor desde la psicología

Desde el punto de vista puramente psicológico, el amor es una experiencia afectiva conformada por un conjunto de variables muy concretas: necesidad de vincularnos a alguien, necesidades de intimidad, pasión, sexualidad… Todos esos principios quedan recogidos en la teoría triangular de Stenberg.

En 1986, Robert Stenberg, profesor de la Universidad de Yale, dio una primera definición psicológica en su libro La teoría triangular del amor sobre las dinámicas que edifican una relación de pareja. Sobre lo que en esencia busca y define el amor.

Intimidad: son los sentimientos que promueven el acercamiento, la conexión y la construcción del vínculo. Es la aceptación del otro y el sentimiento de confianza y cariño que establecemos con esa persona.

Pasión: es el deseo, pero no se refiere solo al deseo físico y sexual con todo el componente neuroquímico que de ello se deriva. La pasión también se expresa mediante la admiración del otro, mediante esa implicación psicológica donde surge el afecto más profundo y la necesidad de estar cerca de la persona amada.

Compromiso: es la decisión expresa y auténtica de construir un proyecto con la otra persona. Es serle fiel, y saber erigir un presente y un futuro donde se lleven a cabo actividades en común. Es crear un “nosotros”, un espacio propio donde consolidar la relación.

Estas tres dimensiones pueden formar diferentes combinaciones que, de acuerdo con Sternberg, dan lugar a siete estilos de relación afectiva:

Cariño: el cariño suele estar presente en las relaciones de amistad. Implica intimidad sin pasión y con una forma diferente de compromiso.

Encaprichamiento: se refiere a relaciones pasajeras y poco significativas. En estas suele existir pasión, pero no intimidad ni compromiso.

Amor vacío: puede tratarse de relaciones construidas desde el interés y el egoísmo. En este tipo de relaciones suele haber compromiso sin pasión, ni intimidad.

Amor romántico: se trata de parejas en las que hay fuerte presencia de pasión e intimidad, pero en las que luego de un tiempo no aparece compromiso.

Amor sociable: suele aparecer en relaciones muy largas pues hay intimidad y compromiso, pero ya parece haberse extinguido la pasión.

Amor fatuo: en el amor fatuo no hay pasión y compromiso peor no intimidad, es decir, es posible que sean dos personas que se gustan y quieran estar juntas, pero que realmente no tienen muchas cosas en común para construir afinidades.

Amor consumado: es el amor en el que se combinan los tres elementos: intimidad, pasión y compromiso.

Helen Fisher y la neurobiología del amor

Helen Fisher​ es una conocida antropóloga y bióloga que estudia el comportamiento humano en la Universidad Rutgers. Sus trabajos son conocidos en todo el mundo por traernos una visión alternativa e igualmente interesante sobre lo que es el amor. A continuación, dejamos un resumen de sus ideas y reflexiones más importantes:

  • El amor es un poderoso sistema de motivación, un impulso básico que nos permite satisfacer una serie de necesidades.
  • La principal necesidad es la de sentirnos amados. Esa ansia es más intensa que la propia sexualidad. Así, Helen Fisher explica que este deseo vital del ser humano constituye lo que conocemos como “amor romántico “. Se trata de toda una serie de dinámicas emocionales caracterizadas por la motivación, el deseo de vinculación, las ganas por compartir vida, proyectos, por formar parte conjunta del proyecto con alguien.
  • El impulso sexual es otro de esos motivantes. Es la búsqueda del placer, de la autosatisfacción…
  • El tercer objetivo del amor desde esta perspectiva neurobiológica es el apego. Apego como aspiración para obtener calma y seguridad al lado de alguien, apego como la evolución del amor romántico para alcanzar la estabilidad y evolucionar como pareja.

El amor, los prejuicios y las implicaciones sociales

¿Qué pasa si tienes ya cuarenta años y te sigue entusiasmando el ideal del amor puro? Absolutamente nada. Seguramente te crean un iluso, se burlen de ti o te dirán que deberías ser más realista. Para un momento: esa es tu realidad. Es un completo error negar lo que eres o lo que sientes por los juicios de los demás.

Históricamente se ha tendido a catalogar cómo deberíamos relacionarnos con el sexo opuesto. Si decimos “sexo opuesto” es porque el colectivo LGTB, tristemente, aún sigue siendo omitido o tratado como un tabú a la hora de hablar de amor.

¿Qué implicación tiene esto? Que socialmente seguimos derivando en los mismos errores. Se sigue estableciendo cuál es el modo correcto de querer y desear, y con ello cercenamos el amor en todas sus maneras, formas y expresiones. Negamos, por ejemplo, hechos como que las personas con discapacidad también tienen sus necesidades afectivas y sexuales. Negamos (o no queremos ver) que el amor y la sexualidad está presente también en la tercera edad.

El verdadero significado del amor

Nos ocurre a todos. En ningún medio de comunicación sale como “la pareja perfecta” la silueta de dos mujeres lesbianas, un chico blanco y una chica negra, un barrendero y una abogada o una joven escritora y un hombre más mayor.

Amar es el mayor acto de valentía.

Hace poco salió en los medios de comunicación un hombre con esclerosis múltiple que postrado en una cama vio nacer a su bebé. A todos nos estremece, a todos nos emociona. Pocos tendríamos los arrestos necesarios para luchar a su lado día a día.

Vivimos en la cultura del mínimo esfuerzo y de las apariencias. Somos grandes egoístas.

El amor supone una gran entrega, pero sin perder la identidad. El amor es compartir, aprender, descubrir… Se suele decir a alguien que ha acabado una relación de pareja que hay muchos peces en el mar. Podríamos incluso, añadir algo más, hay muchos mares con peces. El amor no entiende de idiomas, colores, ideologías, edades o sexos. No seas tú el que lo aleje por prejuicios, miedos o mitos encubiertos en frases de amor.

Así que, si aún no has encontrado a “tu príncipe azul” o “te salió rana”, crees que “a las mujeres no hay quién nos entienda” o que “somos demasiado complicadas” puede que quizás estés adoptando una perspectiva equivocada. Abre tu mente y vive, el amor puede encontrarte en el lugar menos esperado.

¿Qué NO es el amor?

Como ya hemos visto, definir el amor es algo complejo. Esto nos ha llevado a confundirlo con otros sentimientos y expresiones que, definitivamente, no corresponden al amor verdadero. De esta forma, a continuación, te mostramos una lista de manifestaciones que deberías evitar en todas tus relaciones (bien sea de pareja, de amistad, entre padres e hijos, etc.):

Dependencia emocional

Ocurre cuando uno de los miembros de la relación presenta una fuerte necesidad de estar en continuo contacto con el otro. De esta manera, su bienestar y felicidad sólo depende de la presencia de la otra persona. Además, constantemente tienen miedo a que el vínculo se acabe.

Celos

Hay una creencia popular que expresa que, si no te cela, entonces no te ama. Esto es falso. Los celos son producto de la propia inseguridad, de no sentirse suficiente para la otra persona. Esto suele generar intentos de control hacia el otro, lo que termina afectando la calidad del vínculo.

Posesión

También es común pensar que la persona que “amamos” nos pertenece. De esta forma, se generan conductas de control hacia el otro, así como también, se permite el control sobre uno mismo. Esto definitivamente no es amor.

Manipulación

Esta es otra forma de ejercer control sobre el otro. En este caso se utiliza el chantaje emocional para lograr una respuesta esperada en el otro. Recuerda que el amor implica aceptar la propia libertad y la del otro.

Fuente: La mente es maravillosa

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