De la obsesión por el día del amor y sus ramificaciones…

Gracias a todos los dioses 2021. !!ya se acabó!! Y cuando digo todos los dioses, me refiero a todos de todos los panteones. No vaya a ser que alguno se me ofenda y termine convertida en araña o en una medusa. ¡¡Oh por dios¡¡ ¡¿me imaginan convertida en una Medusa!? Convirtiendo a los hombres en estatuas de piedra con solo una mirada… ¡¡Uy!! ¡¡Que Miedo!!…jajaja

Ya comimos rosca de reyes y pronto vendrán los tamales de la candelaria, dando cierre oficial a las festividades de fin/inicio de año. El 2022 va avanzado; pero en un abrir y cerrar de ojos, se nos va a escapar entre los dedos. Sin haber cumplido uno solo de los dichosos propósitos de año nuevo. Como, por ejemplo, no convertirme en Medusa… sería como una versión en miniatura de Medusa.

-¿Alguien se acuerda de donde salió la bendita tradición de hacer una lista de buenos deseos, que no vamos a cumplir? -Definitivamente de araña no me vería nada linda…

-Yo admito que me divertía hacer la bendita lista de propósitos y hasta aceptaba sugerencias. Pero deje de hacerlo cuando; por mayoría de votos, abandonar mi soltería llego al top 3 de la lista. Que pinche obsesión de la gente porque yo abandone el mercado. – Como le sucedió a medusa.

Y como diciembre viene casi “junto con pegado” de Febrero, el Chinche “Mes del Amor”. No había manera de que se olvidara la dichosa sugerencia.  Sobre todo, porque hay quien desde enero empieza la planear su salida del 14 de febrero y no falta quien me pregunte que como voy con “mi” propósito”. A lo único que puedo responder es -Ñaña (Ñaña=webos). – Pero no de araña

A ver como científico me queda super claro que el propósito del amor; es perpetuar y proteger a la especie humana. Todos los demás atributos que le quieran agregar al concepto del amor corren por su cuenta. Lamento mucho, sí a alguno lo acabo de tirar de su nube de fantasía y negación. – Ojo, yo no estoy diciendo que no exista el amor solo digo que tiene un propósito especifico y claro. Que nada tiene que ver con corazones rosas, las miradas de idiota y la fantasía de las comedias románticas.

¡ ¡Ach!! !Ya sé! Que obscura ando…pero es que el 14 de febrero y el 10 de mayo sacan mi lado obscuro y siniestro. Revelan la Medusa que llevo dentro, mi llorona interior (hablo del espectro, porque yo no soy chillona) y exponen sin censura a la Diva que se oculta en mí. Pero hoy dejaremos de lado mi alergia al 10 de mayo y hablemos del “De la obsesión por el Dia del Amor y sus derivados” –Que no tienen nada que ver con Medusa y las arañas.

Nota mental: debo de aprender a concentrarme y dejar de columpiarme en las ideas que me vienen a la mente. …Es que, siendo realista, sí se me vería linda con las viboritas de cabellera y con ojos verdes…¡¡Concéntrate, Sofia!!

OFICIALMENTE ODIO EL 14 DE FEBRERO y si cambiaran la fecha del “Dia del Amor y la Amistad” también odiaría ese día. La verdad es que no me cae gordo el día por ser una fecha netamente comercial, aquí entre nos amó las ofertas en CDs/películas/dulces y regalitos de esta fecha.    

Lo que pasa es que no creo en el amor romántico y cursi. Jamás he entendido la obsesión de a webo tener novio el 14 de febrero y hacer todo el ritual de las rosas, los chocolates… etc. – Que sí lo he vivido cortesía de mi Ex favorito. Yo con terminar el día sana y salva me conformo.

 A ver empecemos. Yo soy de esas personas que no le gusta ver a la gente besándose en público. No es que me dé asco, ni es por pudor…es pura che envidia. A mí nunca me salió eso de andar de la manita y dándome besos cada dos pasos; lo intenté, pero no es lo mío. – ¡Tengo testigos de que lo intente!

Pero repasemos la obsesión por el 14 de febrero y sus consecuencias.

Desde que estaba en la secundaria muchas de mis compañeras desde Halloween ya estaban haciendo planes para el 14 de febrero. ¡Como lo escuchan! Pobre del humano que coqueteara ese día con ellas porque ese sería la opción para el ritual del 14 de febrero y ahí de aquellos que no querían cumplir con la misión, su vida amorosa se terminó (al menos por el ciclo escolar).

En esos inocentes días el festejo se reducía a recibir una rosa, una tarjetita, algún peluchito, una besuco-fajoteada debajo de las escaleras de la escuela y el título oficial de “Novios” por el resto del año escolar.  Llegando a la prepa la cosa era más dinámica y competitiva, o sea más dramática y por supuesto más sexy; para el feliz ganador del título de “Novio” (título que no estaba obligado a llevar el resto del ciclo escolar). Lo único constante era la obsesión por la fecha y las rosas. 

Sin embargo, hoy en día el frenesí por el día me tiene con el ojo cuadrado. Hay chavitos que hacen coreografías y pequeños montajes de escenas para preguntarle a una chica que si quiere ser su novia. Lo cual a veces termina muy mal. – Pobres soldados caídos.  Y es que los chamacos de hoy se enamoran y desenamoran de una forma tan rápida que a veces cuesta trabajo seguirles el paso. Eso si todos quieren un día perfecto que termine como de película romántica de los 90s. Caminado juntos de la mano hacia el horizonte.

Sí, mi generación se hubiera enamorado y desenamorado a esta velocidad. Yo no tendría un hijo y ciertamente mis amigos no estaría divorciados; porque nunca se hubieran casado. Hubiéramos seguido viviendo la vida loca. – ¡Arriba Corazones y Abajo los Chones!

Lo que me lleva a la siguiente obsesión, las bodas. -Por favor que alguien me explique la obsesión por las bodas, porque a mí no me entra la idea de la super megafiesta perfecta. De entrada, para mí el matrimonio es un contrato. Sí señores, es un simple contrato que establece obligaciones, derechos y sanciones, como cualquier contrato legal. Solo que este contrato está en el Código Civil, no viene anexo al acta de matrimonio y por eso luego no se enteran de las sanciones hasta que se divorcian.

Con todo el cariño que les tengo a mis amigas, tengo que admitir que durante los preparativos de la boda se convierten en verdaderos monstruos que buscan el vestido perfecto, el menú perfecto, la mesa de regalos y los dichosos uniformes de las damas de honor. – Se ponen tan locas que ni atreverse a decirles que el verde que escogieron para los vestidos de dama nos hace parecer Fionas de Sherk. Terminaríamos como el muñeco de Jengibre, sin pierna ni botones de gomita.

Todo para que después del circo terminen viviendo; al menos, una temporada, en casa de la familia porque como gastaron todos ahorros y ahogaron sus tarjetas de crédito para pagar la boda ya no les alcanzó para rentar un departamento. Así que entre adaptase a vivir juntos y la deuda de la boda, el primer año es todo un reto, donde la paciencia y tolerancia son más importantes que el amor. – En los casos más extremos que he visto, terminan divorciándose después de liquidar el costo de la boda.

Eso si una vez casadas todos los 14 de febrero hay celebración. Otra vez hay vamos al frenesí, esta vez por la noche perfecta de pasión y termino arrastrada por todas las tiendas departamentales para escoger lencería para su noche del día del amor. Salir de compras no sería tan malo. Sí, la lencería no estuviera llena de corazones y florecitas.

 – Seamos honestos unos chones con corazoncitos ni por error aleatorio de la creación me van a hacer sentir al mando de la situación en medio de una junta. Es más no creo que ninguna mujer se sienta empoderada llevando esos chones a la oficina. Así que vuelvo a casa con las manos vacías la mayoría de las veces y con la cabeza llena de información que de verdad no necesito saber.

Ahora ese día igual que el día de las madres, el tráfico por la tarde es mortal. No hay forma de conseguir un lugar para cenar en ningún restaurante hasta las aplicaciones de comida experimentan tiempos de entrega de más de una hora. ¡Una hora! ¡Habemos personas solteras que necesitamos alimento!

Pero allí no termina la cosa. Al día siguiente todo mundo solo sabe hablar de su cita del 14 de febrero, del regalito que recibieron y si se trata de mis amigas de detalles bastante gráficos de su noche. -De verdad, yo no necesito saber a qué páginas del Kamasutra le dieron “check”

¡Ah! pero la historia no para allí. Faltan los aniversarios, cada aniversario se repite la misma historia. En el aniversario de cuando de conocieron, de cuando se volvieron novios, de cuando se comprometieron, de cuando se casaron y el día del cumpleaños. ¿¡A qué horas viven una vida normal?! ¿De verdad hay que festejar todas las fechas y hacer una minuciosa planeación de cada fecha?  

Me queda claro que las películas románticas, con sus escenas de amor incitan a esta conducta de “romance perfecto” pero creo que exageran. Aquí entre nos mis amigas y mis “no fans” (también conocidas como las novias de mis amigos) no tienen una idea de lo que sufren los pobres. – Amigas las amo, pero se pasan…

Primero porque ellos casi nunca se acuerdan de “los aniversarios” y tiene que andar leyendo entre líneas para adivinar que se les está olvidando. Afortunadamente hoy en día FBK les recuerda con una fotito el día “D”; pero por si las dudas les hecho una llamada, cuando FBK me recuerda a mí el día con una gloriosa foto de mi look.  – Pa’que le buscamos 5 pies al gato, digo yo.

Segundo, han pensado lo difícil que es sacarse un regalito de la manga en medio de un día de trabajo. ¡Claro que no! porque ustedes llevan semanas de planeación.

Tercero, Sí ustedes no les pusieron un recordatorio en la agenda, seguro se les va a olvidar la fecha. Tomen en cuenta que los hombres no vienen con software para recordar fechas integrado. Así que denles chance.

–  A estas alturas seguro se están preguntando ¿Qué porque odio el dichoso día y sus ramificaciones?… pues porque es el día de “Todo le sale mal a la Sof”. Es como una maldición, que empezó el día que perdí la bolsita de dulces que me dio mi amigo secreto en primero de primaria y ha continuado vigente a lo largo de los años. Tan es así, que mis Exs (y hasta parece que se turnan) me envían flores a la oficina los 14 de febrero.

Es más, el 14 de febrero más memorable que he tenido fue hace como 10 años. Esa noche por fin tuve la atención completa de un hombre, me trataron como reina, escuche canciones románticas y termine desnuda bajo una sábana. El único insignificante detalle del día fue, que el hombre que me dedico toda su atención es mi ortopedista, la música romántica la puso el anestesiólogo (que estaba de muy buen humor) y los que me trataron como reina fueron los del personal médico -irónicamente como si me fuera a romper – ¡¿Adivinaron?! Todo esto paso porque me toco entrar a quirófano. El 14 de febrero fue el día que me reconstruyeron mi rodilla derecha, accidentada un día antes.  Nada como una artroscopia para que no se me olvide la fecha.

Así que como verán tengo razones de sobra para odiar el dichoso día y sus ramificaciones (Yo tampoco me acuerdo de los aniversarios).  – Y definitivamente para este Halloween, si la pandemia nos deja, me voy a disfrazar de Medusa.

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Su formación profesional es en el área de las ciencias para la salud. Con 4 décadas de vida es una ciudadana más del planeta, irreverente, sin filtro boca cerebro y opinóloga profesional. Que nos comparte sus ideas.

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