¿Conoces a quienes te rodean?

Como seres sociales, necesitamos convivir. Pocos ponemos atención al interior y al pasado de aquellos a quienes “abrimos nuestras puertas”. La importancia de hacerlo es tremenda. Aquí el porqué.

Somos seres sociales.

Nos es difícil vivir aislados, porque necesitamos el contacto humano. Y por lo mismo, como humanos, siempre buscamos el contacto con otros. Nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo, incluso las relaciones efímeras. Todos y cada uno son importantes.

Con el tiempo, algunos se van metiendo en tu corazón, en tu vida y pasan a otro estatus. De ser conocidos, de pronto ya son amigos, después vienen los amigos íntimos, aquellos con quienes compartes tus más íntimos secretos, y algunas veces de la nada, llega la persona con la que quieres compartir el resto de tus días.

Estas relaciones están sustentadas simplemente por momentos disfrutados, que nos llevan a gustar de una persona, para luego quererla e incorporarla a nuestra vida íntima.

Y de pronto tenemos amigos, muy cercanos, a quienes no conocemos más que por esos momentos que vivimos, sin haber explorado nunca, su interior, su pasado, sus aspiraciones, su futuro. Y nos involucramos con personas prácticamente desconocidas, aunque eso si, divertidas.

Y compartimos una vida con estos desconocidos…a quienes creemos conocer.

Y los queremos.

Los amamos.

Nos ayudan y les ayudamos.

Disfrutamos muchísimo su presencia y su compañía… hasta que algo sucede, que te permite conocerlos a fondo.

En ocasiones, las menos, te das cuenta de que has estado conviviendo con un extraño, o con alguien con quien no compartes nada más que esos momentos que experimentaron juntos.

Por ahí dicen que estás formado por las 6 personas con quienes convives más de cerca. No se si el número sea correcto. Pero es una realidad.

Y lo puedes comprobar tú mismo con tu grupo de amigos. De pronto hablamos igual, nos gustan las mismas cosas, la misma comida, los mismos espectáculos. Con tu pareja, la música que nunca en la vida hubieras pensado en escuchar, ¡ahora no solo la toleras, sino que te gusta! Simplemente porque esa persona a quien amas, poco a poco, a través de los años, ha logrado “educarte” el oído para que lo que a él/ella le gusta, también te guste a ti. Y todos cedemos un poco, nos adaptamos.

Pero, no todo es música.

Existen situaciones que observamos, y que no nos gustan, pero por nuestra “amistad”, dejamos pasar.

Y algunas situaciones que observamos, es probable que no nos afecten directamente, sino solo a otros más cercanos a esas personas, y decidimos callar.

Hasta que de pronto nos afectan a nosotros.

Y es entonces que decidimos actuar. En algunas ocasiones aun a tiempo, en otras demasiado tarde.

¿Qué tan bien conoces a quienes te rodean?

¿Notas que alguien a quien quieres, necesita corregir algo que puede resultar en que esta persona sea mejor?

¿Has notado que una persona querida abusa de otros?

Recuerda que el abuso no se trata solamente de golpes. Hay golpes a la moral de una persona, a su confianza, a su integridad, los cuales no se notan, pero que son igual de dañinos que la más tremenda golpiza que le puedes propinar a alguien. Hay abuso económico, cuando una persona, limita al máximo la economía de algunos que dependen de ella/el, teniéndolos siempre sin recursos propios, simplemente porque disfrutan que les tengan que pedir.  Humillaciones a terceros frente a otras personas, gritos sin control en público. Los abusos se dan de mil maneras. Y quienes los sufren, en muchísimos casos, temen levantar la voz. Han perdido la esperanza y la fuerza para defenderse. Lo ideal sería intervenir.

Lo que debes saber es que, si no haces algo – incluso retirarte – esos abusos van a llegar a ti, y en ese momento tendrás dos opciones. Integrarte al círculo de sumisos del abusador o abusadora, o retirarte… quizá para siempre.

Conoce bien a quienes son parte importante en tu vida, y ayúdalos a ser mejores, esperando que ellos hagan lo mismo contigo. No es una opción. Es una obligación entre amigos, que hará que tu vida sea mucho mejor.

Y si no te gusta lo que ves, lo que escuchas, lo que sientes, y no puedes hacer llegar tu mensaje para que eso cambie, aléjate de inmediato. Pronto puedes ser tú el siguiente.

Pero nunca dejes sola a la persona sometida. Te necesita.

Da miedo y coraje romper una relación que durante mucho tiempo pensaste que sería por siempre. Da más miedo, pensar que puedes ser víctima de las frustraciones de alguien. Porque, si no te ha tocado, pronto te tocará.

Conoce a tus amigos, conoce a tus seres queridos. Entre más les conozcas y más permitas que ellos te conozcan, su relación será más placentera, productiva, disfrutable.

Muchas gracias por leerme. Espero que esto te sea útil.

JL

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