De regreso al emparrillado

El 12 de septiembre arranca la temporada 2021 de la National Football League (NFL). El año pasado, el desarrollo de la liga fue caótico debido a las consecuencias de la pandemia de COVID-19, lo que dejó cuantiosas pérdidas a la liga y los equipos que la conforman. Por lo que, la NFL busca que en este año la temporada se lleve a cabo con normalidad, aunque hay algunos desafíos que debe enfrentar para que esto suceda, los jugadores están listos para saltar al campo de juego y hay algunas historias interesantes a seguir entre las estrellas de la liga.

El primer desafío es lograr que la temporada 2021 se juegue en su totalidad conforme al calendario definido hace varios meses. El año pasado, hubo varios juegos retrasados por brotes de COVID-19 entre las plantillas de varios equipos que provocaron que se reprogramaran juegos en días y horarios poco convencionales para lo que normalmente exigen las televisoras que emiten los partidos de la liga, causando pérdidas millonarias tanto a las cadenas de televisión como a la NFL en general. Así que este año, la NFL no tiene intenciones de posponer y reprogramar partidos debido a brotes de COVID-19. Hace unas semanas, la liga envió un memorándum a los equipos informando que no habría reprogramaciones causadas por la pandemia y si un partido no podía jugarse debido a un brote, se multaría a los equipos responsables.

 Lo anterior ha provocado que se haga una intensa campaña de vacunación entre los equipos de la liga, para lograr el mayor porcentaje posible de inmunidad entre jugadores y staff. Esta tarea no ha sido fácil. Entre la sociedad americana hay un fuerte movimiento de escepticismo hacia las vacunas que ha permeado en todos los sectores y el mundo del deporte no ha sido la excepción. Algunos jugadores han manifestado su descontento ante las presiones de inocularse, argumentando que no consideran justo que su decisión personal de no ser vacunados afecte al resto de su equipo. Además, los no vacunados están sujetos a restricciones en entrenamientos y viajes que no tienen sus pares inmunizados, por lo que los coloca en una desventaja competitiva que amenaza incluso su puesto en el equipo, además de multas individuales si no cumplen las estrictas normas sanitarias impuestas por la liga. También miembros de los cuerpos de entrenadores han acusado un trato injusto hacia ellos y su decisión de no vacunarse, lo que ha causado algunas renuncias en varios equipos.

Las presiones han surtido efecto y la NFL reporta un porcentaje de vacunación de 99% entre jugadores y 93% entre miembros de staff, lo que representan unos porcentajes mucho más altos que la media americana, con un 70% de adultos que han recibido al menos una dosis del fármaco. Los Atlanta Falcons presumen ser el primer equipo vacunado al 100% y solo hay cuatro organizaciones con un porcentaje menor al 89% de vacunación. Esto representa un triunfo para la NFL y sin duda es un impulso a su imagen, la cual se ha visto mermada por temas relacionados a la salud. Se espera que los aficionados regresen a los estadios, que estarán a su máxima capacidad, lo que sin duda aliviará algunas de las tensiones económicas que sufrió la liga, producto de la crisis por el COVID-19.

Hablando de lo que veremos en el campo de juego, existen varias historias interesantes que se deben seguir en el inicio de la temporada. Para empezar, están los jugadores novatos que llegan este año a la liga, entre los que destacan la camada de jóvenes que juegan la posición de QB, la más importante en un equipo de NFL. Estos recién llegados forman una de las generaciones más intrigantes en la historia de la liga y se espera que todos debuten en algún punto de la temporada. Esta generación está encabezada por Trevor Lawrence, uno de los prospectos más interesantes de los últimos años, Su carrera en el fútbol americano colegial fue brillante y llena de logros, por lo que su debut es muy esperado. El reto que enfrentará en la NFL es complicado. Deberá impulsar hacia arriba a una de las franquicias más disfuncionales de los últimos años, los Jacksonville Jaguars, que en este año también apostaron por Urban Meyer, un entrenador de fútbol muy exitoso a nivel colegial, pero sin experiencia en el deporte profesional. Si esta mancuerna logra que el equipo regrese a los primeros planos, sin duda serán considerados históricos en la liga.

Existen otros de estos QB novatos con encomiendas complicadas, llegan a equipos de gran historia y deberán estar a la altura de la tradición que su uniforme representa. Tenemos el caso de la tercera selección del draft de este año, Trey Lance. Este chico llega a los San Francisco 49’s, uno de los equipos más grandes de la liga. Esta franquicia ha tenido cierto éxito en los últimos años y esperan que Lance pueda ayudarlos a ganar un campeonato. Sin embargo, primero deberá ganarle la titularidad a su compañero Jimmy Garoppolo, quien llevó a San Francisco a su último Super Bowl. Sin embargo, Jimmy G ha sido cuestionado por decisiones equivocadas en partidos importantes y sus constantes lesiones. Otra interesante competencia de QB tiene lugar en New England, dónde los Patriots buscan al sucesor del jugador más importante de la historia de la liga, Tom Brady. En esta contienda se enfrascan Cam Newton, un antiguo ganador del premio al jugador más valioso (MVP) de la liga y Mac Jones, el mariscal revelación del fútbol colegial y vigente campeón del certamen universitario. Otro jugador con un gran desafío es Justin Fields, quien busca ganarse un lugar como el primer QB de color en los gloriosos Chicago Bears y darles un campeonato, hazaña que hace 30 años no consiguen en la ciudad de los vientos.

La pretemporada quedó atrás y la mesa está servida. La temporada 2021 de la NFL promete ser de antología y se recomienda no perderse ningún detalle. Esperando que la pandemia le dé un respiro al deporte, la NFL debería operar con normalidad y entregar la máxima calidad competitiva a la que están acostumbrados los fanáticos. Sólo nos queda aguardar la patada inicial.