Darwin tenía razón…excepto cuando se trata de humanos.

No les ha pasado que de pronto ven alguna persona; encorvada, con una cabezota, cara de pocos amigos y brazos como muy largos, caminado por la calle e inmediatamente aceptan que Darwin tenía razón. – ¡Sí, descendemos del mono!

Hay algo en el caminar de estos ejemplares de la especie humana que me recuerda las ilustraciones de la evolución humana y si además están peludos…pues se parecen a los maniquíes del museo de historia natural.

– Pero no crean que voy de criticona por el mundo con las tijeras afiladas listas para recortar a cualquiera que atraviese mi campo visual. ¡Claro que no! Bueno a veces sí pasa, pero es culpa de mi cerebro.

El problema de mi cerebro es que cuando ve algo raro inmediatamente recurre a la ciencia para explicar lo que está observando. Claramente me puedo imaginar a las neuronas buscando en el fichero de la biblioteca de memorias algo que haga sentido con lo que estoy viendo. Y es que desde siempre he tenido una necesidad casi patológica por obtener una explicación de todo lo que pasa a mi alrededor.

-Aja, yo fui una niña MUY preguntona. Pobres de mis padres lo que han deber sufrido tratando, sin éxito, de explicarme todo.

Lo bueno es que siempre he sido medio autodidacta y cuando no me convencieron sus explicaciones. Empecé a inventar mis propias explicaciones a cosas cotidianas que me parecían extraordinarias.

Cuando tenía como 4 años recuerdo haber desarrollado la teoría de que las mamás tenían que tomar leche para poder amamantar a los bebes. A mí me hacía sentido que las madres tomaran la leche para llenar los senos de leche para que él bebe se pueda alimentar. Porque según yo los bebes no sabían que podían tomar leche de un biberón y solo sabían tomar leche de su mamá. A mi cabecita infantil jamás se le hubiera ocurrido que las mujeres producimos leche, como las vacas. Después de todo nosotros somos humanos y las vacas, pues son vacas; su trabajo es hacer leche.

Hubiera seguido inventando teorías por el resto de mi vida y presionado a mi papá para que se convirtiera en una Enciclopedia Británica ambulante, pero gracias a la SEP me tuvieron que mandar a la primaria.  Yo supongo que el que yo aprendiera a leer fue un gran alivio para mis padres, ahora literalmente me podían mandar a un libro para resolver mis preguntas.

Lo mejor de ir a la escuela ese primer año fue el libro de la SEP de Ciencias Naturales con sus páginas de papel café y sus experimentos simplones. El dichoso libro iluminó mi camino hacia la ciencia.  Pues me presento al método al científico (versión para niños) y a la genética. – ¿Cómo olvidar la explicación de la “lengua de taco”? La explicación era tan simple; “si puedes hacerlo es porque uno de tus padres puede, eso es herencia”

Esta explicación de la herencia me hizo poner mucha atención a las conversaciones de mis tías. – No sé porque les encanta estar buscándonos parecido a otro miembro de la familia. Que si para la trompa con su papa, que si camina como su madre, que si me rio como mi abuelita. Esto último es absolutamente cierto. Cuando sonrío mi labio inferior se hace un poco chueco igual que el de mi abue Sofi.

Obviamente cuando entré a la Facultad de Química estaba fascinada y me enamoré perdidamente de las ciencias. Y es que casi todo lo que pasa en el mundo se puede explicar con interacciones químicas o con las leyes de la física. – La bioquímica con sus explicaciones de lo que pasa a nivel celular, me tenía extasiada.

Sin embargo, la mejor parte de mi carrera fue cuando tuve la oportunidad de vivir la genética de cerca. Me acuerdo haber visto un anuncio de que se requieran alumnos para servicio social, no sé si en la gaceta de la facultad o en el boletín de atención a alumnos.

Como sea fui literalmente a tocar la puerta del laboratorio y me recibió Ma Esther (la Jefa), platico conmigo y me dijo que hacían, etc. Acto seguido me convertí en miembro del laboratorio bajo el ala de la Jefa y viví allí el siguiente año y cacho.

En el laboratorio trabajamos con modelo de moscas de la fruta también conocidas; en los bajos fondos, como Drosophila Melanogangster; no melanogaster, melanogangster. Estas mosquitas solo tienen 4 cromosomas y es muy fácil inducir mutaciones a su genoma; por eso se usan en pruebas de mutagenicidad y los resultados se pueden ver bajo un microscopio simple. ¡Ver las mutaciones inducidas casi en tiempo real es surrealista!

Por aquella época todavía no se descifraba el genoma humano. De hecho, apenas se acaba de concluir la secuenciación hace un año.

-Solo nos tomó 21 años descifrar los 23 cromosomas que componen el material genético de nuestras células.

En aquella época sabíamos muchas cosas sobre la herencia, pero nada que ver con lo que se sabemos hoy.

El mapeo genético de hoy en día se puede hacer con un salivazo en un tubo, gracias a los kits caseros. Los cuales te pueden decir de dónde vivieron tus ancestros y otros secretos escondidos en tus células. Por ejemplo: puedes ser 20% italiano, 5% africano y 75% asiático y tener alergia a la gente estúpida. – Que conste en el acta que mi alergia a la estupidez es genética y seguro lo herede de Doña Sofia.

Lo cierto es que si no tienes los genes no puedes expresar la característica (a esto se le llama fenotipo). Yo quisiera ser más alta pero no herede los genes de estatura alta. A veces se gana y a veces se pierde en la ruleta genética. Para fortuna mía ¡sí herede los genes de la inteligencia!

-Imagínense que jodida seria mi vida, si no tuviera estos genes. ¡Seria chaparra, tonta y plana! Tendría que ser agradable y hasta cursi ¡Wacala!, para compensar.

La ventaja del ser humano es que no solo influyen los genes que llevamos en hacernos quienes somos. También influye la crianza, el ambiente, la educación y hasta la nutrición. O sea, somos una amalgama super complicada de todos y de todo.

Lo que me recuerda una charla que tuve que con Helene; después de comer, sobre sí las personalidades que tenemos son resultado de nuestra crianza o nuestra biología. En palabras coloquiales: lo que no se hereda, ¿se mama? Nuestra conversación duro como 3 horas. Aquí tengo que mencionar que Helene es de humanidades y es super observadora. Así que la sobremesa estuvo buenísima, nos repasamos la historia de la familia y casi hicimos una matriz de las características físicas que heredamos cada uno.

Por eso cuando vi un video de Oprah en el que decía, “I come as one but stand as 10 thousand” me hizo ruido en mi cabecita. La traducción correcta de las palabras de Oprah “; según Yo, es “Me presento como uno, pero soy todos los que vinieron antes de mi”

En el video ella dice: “Me presento como uno, pero soy 10 mil. No solo soy yo la que está en el escenario soy mis padres, mis abuelos…»entonces explica que ha llegado a donde esta no solo por su esfuerzo, sino por el esfuerzo de su familia para que ella fuera a la escuela y por las personas que lucharon por los derechos que ella ahora tiene.

Esto me hace mucho sentido, porque aun aquellos que han triunfado por méritos propios, sin el apoyo de su familia. Llegaron porque ha habido personas que picaron piedra para hacer los caminos que ahora recorren; ya sea peleando por derechos o creando nuevas formas de hacer, antes que ellos.

– Como decía mi abuelita “Nadie sabe para quién trabaja”.

Lo cierto es que, durante nuestra sobremesa, Helen y yo llegamos casi a la misma idea de Oprah. Somos la suma de nuestra herencia biológica, de los tiempos, las circunstancias que nos han tocado y por eso somos una familia muy fresa.

Sí bien, todos los humanos somos fundamentalmente iguales. El ambiente en el que nos desarrollamos influye mucho pero no lo es todo.

Por eso de pronto en una familia donde el negocio familiar es la medicina de pronto nace un abogado. Cuando esto sucede la familia se pregunta ¿y este de donde saco el gusto por las leyes? En lugar de preguntarse eso, creo que deberían de repasar la historia familiar seguro por allí van a encontrar un familiar con alma de abogado que le heredo los ciertos genes al humano en cuestión.

Y es que los genes recesivos no los podemos ver (es decir, no se expresan) a menos que se junten con su igual; uno del papa y otro de la mamá. Estos genes ocultos, pueden ser también falta de genes (porque ahora también sabemos que la falta de genes también da características).

Por ejemplo. Los ojos azules de mis sobrinos, los heredaron de su papá y de mi tatarabuela; que tenía ojos azules. En este caso sí, mi prima tuviera todos sus genes tendría los ojos obscuros y por lo tanto mis sobrinos a los más que hubieran llegado es a ojos verdes agua puerca. Como otros miembros de mi familia materna incluida mi prima. Pero la falta de genes de ambos lados les dio a mis sobrinos unos ojos azules hermosos.

Claro que hay otras características físicas que heredamos y que, aunque uno quiera no se pueden cambiar. Afortunadamente la cirugía plástica nos puede alivianar modificando algunas herencias.

-holaaaa, implantes.

Volviendo a la ciencia esta puede explicarlo casi todo lo que pasa en el planeta. Excepto tal vez por los humanos y es que somos tan complejos. Aunque no lo crean tenemos algunos humanos que parece que involucionaron. Estos juran que la tierra es tierra es plana y no creen en las vacunas. – ¡Oh sí! Si existen estas personas y no se parecen a las ilustraciones de Darwin. Si no me creen en Twitter las pueden encontrar.

Y aunque Darwin ha de estar dando vueltas en su tumba por culpa de los humanos, a la ciencia no le importa si no creen en ella, ella sigue avanzado.

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Su formación profesional es en el área de las ciencias para la salud. Con 4 décadas de vida es una ciudadana más del planeta, irreverente, sin filtro boca cerebro y opinóloga profesional. Que nos comparte sus ideas.

1 Comment

  • Ma. Esther
    2 años ago

    Siempre nos preguntamos por qué nos parecemos a nuestros ancestros, la respuesta está en el conocimiento científico! En éste artículo se explica de forma muy clara y sencilla.

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