Los mexicanos somos expertos en darnos un tiro en el pie
Es un sol con penacho y zarape vetado…
Es septiembre, el mes de la patria y antes de que me quedara sin abuelas; – Señores, los rumores son ciertos ¡¡Yo no tengo abuela!!
Septiembre era el mes de comer comida mexicana como si las calorías (esas malditas moléculas que hacen que la ropa se encoja sin aviso previo) no existieran. Con el pretexto de las fiestas patrias los fines de semana de todo el mes eran el pretexto para engullir delicias mexicanas: sopes, flautas, buñuelos, pozole, pambazos, tlacoyos, quesadillas fritas, gorditas de canela, tostadas de pata y de tinga…etc. cortesía de mis abuelas.
Si, algo tenían en común mis abuelas; además de esta preciosa nieta, era su gusto por cocinar y su Mexicanidad. La cual celebraban cada 15 de septiembre por todo lo alto con deliciosa comida. Como buena nieta que fui nunca me permití dejar a ninguna plantada, así que tenía que administrar concienzudamente el espacio en mi estómago. La cena del 15 de septiembre con mi familia materna y el recalentado del 16 de septiembre con Sofí; mi abuela y mi familia paterna.
Aunque ustedes no lo crean a este cuerpo poli pocket; en ese entonces talla 0, le cabían dos platos de pozole, un par de tostadas de pata y tal vez un sope o dos de papa con chorizo, un pambazo para desayunar, media torta de chilaquiles al medio día, otro plato de pozole en la tarde, un tlacoyo de maza azul con nopalitos, un buñuelo y una jericaya de postre, todo debidamente dosificado a lo largo de las 24 horas patrias.
Por eso cada año (desde que no tengo abuelas) en esta época me siento un poco huérfana y en dieta obligatoria. Tal como diría cualquier marido con mamitis, -Nadie cocina como mi madre (en mi caso como mis abuelas) y mucho menos en las cantidades que ellas lo hacían.
Sofí amaba tanto nuestra cultura que todas mis tías tomaron clases de Baile Folclórico en su adolescencia. Me acuerdo perfectamente de los vestidos llenos de vuelo que Moni (mi tía más joven) usaba y de la vez que me llevaron a ver a Moni bailar en un escenario. Mi abuela salió con el corazón hinchado de orgullo y una sonrisa de oreja a oreja.
Sí se están preguntando, que, sí yo aprendí algo de esos menesteres, la respuesta es ¡¡NO!! -Dios me doto de un cerebro poca madre y dos pies izquierdos o ¡¿son derechos?! – Ay, ya no sé, sufro de discapacidad direccional. Se imaginan el tamaño del accidente que podría haber causado con mi discapacidad direccional enfundada en una falda de 1.5m de radio… ¡no bueno!
Sin embargo, el mejor recuerdo que tengo de Sofí es verla “bailar” el “Son de la Negra” con mi hijo; que, a sus dos años, intentaba zapatear tomado de las manos de mi abuela mientras el mariachi tocaba en la sala. Estábamos festejando su cumpleaños y mi hijo no dudo en sacar a bailar a su bisabuela, en cuanto escucho la música.
Haciendo memoria, creo que desde siempre cuando escucho el “Son de la Negra” no puedo evitar sonreír y zapatearle, me sale en automático; no me puedo controlar. – ¡El subconsciente me traiciona! Por eso, estoy convencida que la culpable de mi soltería es Doña Sofia, por aquello de “a todos diles que sí, pero no les digas cuando”. Solo a mi abuela se le pudo ocurrir arrullar a un bebe con el “Son de la Negra”. -No tengo evidencia, pero tampoco dudas de mi teoría.
De mis abuelas; aparte de la estatura, herede un amor profundo por mi México lindo y querido, el orgullo de ser mexicana, el gusto por la comida cocinada en ollas de barro con cucharas de madera, a cantar con el mariachi y la imperiosa obligación de hacer un “buen papel” cuando salgo al extranjero, además de un ojo crítico hacia las actitudes de muchos mexicanos.
Y es que los mexicanos somos increíblemente buenos para darnos un tiro en el pie. Aquí no me refiero solo a cuando vas al Gotcha y alguien se da un pelotazo de pintura en el pie; o peor aun cuando le da en las “balls” al que tiene enfrente. Sino a esa discapacidad que tenemos, como pueblo, de siempre buscar el defecto en el otro, de ridiculizarnos y hacer los peores osos del planeta en vivo y en directo.
Quien no recuerda al idiota con un láser en el partido de la NFL en el estadio Azteca, o a Madrazo haciendo trampa en el maratón en Berlín y que decir del inglés del expresidente Peña.
A veces los mexicanos somos tan feos (que conste que poniendo en práctica esto de ser políticamente correcta) que cuando Ana Guevara gano una medalla olímpica, le llovieron críticas por que no es muy femenina. Este año le llamaron gorda a Alexa Moreno en las redes sociales. Porque no pueden simplemente gozar el hecho de que es una de las mejores gimnastas del mundo y es ¡Mexicana! -A todo le buscamos el defecto, que a veces ni es tal.
Literalmente podría seguirme listando ejemplos del egoísmo, falta de profesionalismo, ética y madre que han demostrado muchos mexicanos. Me saldrían cuartillas enteras llenas de ejemplos vergonzosos, fuertes críticas y la neta terminaría llorando.
Así que mejor cambiemos el tono, hablemos de lo que el mundo piensa cuando escuchan la palabra “mexicano”. En mi experiencia:
- Primero cuando dices que eres mexicano, la gente inmediatamente te sonríe y te da la bienvenida, desde el oficial de migración hasta el chofer del taxi.
- Segundo, la mayoría te pregunta si conoces o has visto a tal o cual famoso, por ejemplo: al Chicharito, me parece lindo que imaginen que en México todos nos conocemos los unos a los otros, como si fuéramos vecinos.
- Tercero, suelen preguntar por la comida, ¿es cierto que comen chapulines? ¿Qué es un mole? ¿Por qué le ponen picante a todo? Nuestra comida les gusta tanto como les intriga.
-Aquí no me sale mucha platica lo mío es comer, la cocinada no se me da. Les digo que los mexicanos somos buenos para darnos un tiro en el pie. Con sendas cocineras como abuelas y yo solo cocino en estricta defensa propia…” shame on me”
- Cuarto, las personas con las que soy más familiar (porque trabajamos juntos) siempre tienen una anécdota con el tequila o de una visita a México, que compartir. -Estas platicas son tan ricas porque hay una especie de complicidad, ambos sabemos de qué estamos hablando. Cada uno lo vivió, por su parte, pero que se vuelve una experiencia compartida.
Otros, los menos, preguntan si es cierto que cuando en México tiembla todos salen a las calles a ayudar. Las imágenes de los terremotos dieron la vuelta al mundo y la mayor parte de la gente en ellas son civiles, sin más herramienta que sus manos ayudando. Estas personas tienen la idea de que el pueblo mexicano es heroico y solidario, en todo momento…si supieran de la otra cara de la moneda.
Al respecto de lo que pasó durante los temblores tengo una teoría. -Yo creo que como todos los lunes durante nuestra infancia y primeros años de adolescencia (entiéndase la primaria y secundaria) cantamos la 3ra estrofa del Himno Nacional que dice:
Y tus templos, palacios y torres se derrumben con horrido estruendo y sus ruinas existan diciendo de mil héroes la patria aquí fue
Estas líneas se nos quedan tan grabadas en el subconsciente que cuando los palacios y torres se derrumban, literalmente salen mil héroes a darlo todo por la patria. Demostrando que como mexicanos podemos ser los más solidarios, cuando la patria nos lo requiere somos un solo pueblo.
Regresando al punto, les prometo que los mexicanos somos muy apreciados en el extranjero, no solo nos identifican por el tequila y el mariachi, sino porque exportamos mentes brillantes y toneladas de talento. Hay tanto talento mexicano regado por el mundo poniendo el nombre de México en alto; Médicos, Científicos, Chefs, Bailarines, Cantantes de Opera, Artistas, Ingenieros, Directores de Cine, Fotógrafos…etc. Vamos si no les ha caído el veinte se los digo con todas sus letras.
Tenemos el honor y orgullo de llamar compatriotas a personas de la talla del Dr. Molina (QEPD) galardonado con un premio nobel, Elisa Carillo (Prima Ballerina), Alondra de la Parra (Directora de Orquesta), al Chicharito (Futbolista), Enrique Olvera (Chef), Gabriela Cámara (Chef), Julio Frenk Mora (ex Secretario de Salud), Salma Hayek (Actriz), Emanuel Lubezki (Fotógrafo de cine) sin mencionar a los mexicanos notables del pasado como: Luis Buñuel (Director de Cine), Dolores del Rio (actriz), Guillermo Camarena (Ingeniero) y a otros muchos que día a día ponen en alto el nombre de México en el mundo. Mi reconocimiento a todos ellos, que sin importar los kilómetros que los separan de esta tierra son un orgullo para México.
En conclusión, para mí es un orgullo ser mexicana, hija de esta tierra ancestral llena de gente talentosa, solidaria, inteligente y trabajadora como nadie. Un país de 100 lenguas (algunas extintas desde hace tiempo), de historias mágicas transmitidas de generación en generación; bordadas magistralmente por nuestros artesanos y cuna de antiguas civilizaciones. País de ríos, montañas, selvas, bosques, desiertos y por supuesto de playas.
Soy una ciudadana del planeta porque la globalidad no se puede negar, pero antes que nada y después de todo soy Mexicana. No solo porque así me enseñaron de niña esas mujeres maravillosas que fueron mis abuelas sino porque la vida me ha enseñado que no hay nada más chingón que haber nacido en México.
Alejandro
3 años agoHola te mando muchos saludos, y en el sentido estricto de no criticar por envidia (según sea una de líneas de tu columna) , te hago de tu conocimiento que hay muchas palabras que no usaste el acento.
Alejandro
3 años agoHola te mando muchos saludos, y en el sentido estricto de no criticar por envidia (según sea una de líneas de tu columna), te hago de tu conocimiento que hay muchas palabras que no usaste el acento. Y a la par tengo que corregir una coma, cómo broma de mal gusto jajaja